Separaciones, Divorcios y Problemas de Relación.
Una separación, o un divorcio, es un evento muy traumático y cada vez más común.
Es normal que si has pasado por un divorcio o una ruptura de pareja recientemente sientas que la vida se acaba. Y en cierta manera así es; la vida se acaba en todo aquello que compartías con la otra persona.
Llegado el momento de separarse de la pareja comienza el duelo de la relación. Es una etapa difícil que en muchas ocasiones tratamos de evitar, a menudo manteniendo relaciones insatisfactorias durante un largo tiempo antes de la ruptura.
Cuando hablamos de duelo, hacemos referencia a un proceso que se inicia con el vacío que queda después de la pérdida del vínculo con la persona de la que nos separamos. Es un proceso de reacomodación a la nueva situación.
Este proceso va acompañado de varias emociones y etapas: dolor, culpa, rabia, desesperanza, vacío, sentimientos de estar perdido… incluso a veces puede desembocar en una depresión o en otros síntomas provocado por la elaboración inadecuada de este proceso.
La situación se agrava cuando compartimos hijos con la pareja. Y en muchas ocasiones los hijos compartidos también se ven dañados en la separación. Esto ocurre cuando se utiliza a los hijos como moneda de cambio, o no se les acompaña adecuadamente en este proceso.
En estos casos la situación se torna muy difícil, ya que una parte del vínculo, los hijos, va a continuar existiendo.
Cuando tenemos hijos y nos separamos es necesario tener en cuenta que me separo del padre o de la madre de mis hijos. Cuando no hay respeto hacia la otra parte, los hijos sufren enormemente.
En nuestra consulta ofrecemos orientación en el proceso de separación, para poder hacerla de la mejor forma posible.
La psicoterapia sirve para acompañar este proceso y permitir que se dé satisfactoriamente el paso por cada etapa del duelo hasta la completa resolución del mismo.
El duelo puede quedar atascado en cualquiera de estas etapas, y como consecuencia vivimos el duelo y la relación pasada como algo inútil y destructivo.
Con el acompañamiento psicológico tratamos de que tanto la experiencia de duelo, como la relación pasada, se conviertan en experiencias constructivas y no traumáticas para la persona. Esto no implica la ausencia de dolor, este es inevitable, se trata de aprovechar esta circunstancia para poder aprender de uno mismo y convertirlo en una experiencia enriquecedora, quedando libre para continuar la propia vida pero siendo un poco más sabios.
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