Denominamos psicología infantil al área de la Psicología que aborda el estudio y tratamiento de los problemas psicológicos y del neurodesarrollo de los menores desde su nacimiento hasta que entran en la etapa de adolescencia.
El conocimiento social extendido sobre este campo se reduce a factores de comportamiento diagnosticados como hiperactividad, TDAH o trastornos del sueño. Sin embargo, la Psicología infantil abarca mucho más, incluyendo todas las acciones para prevenir o resolver problemas de salud mental en la infancia. De hecho, es más habitual, en nuestro gabinete psicológico, otro tipo de casuísticas.
¿Cuáles son los problemas psicológicos más comunes en la infancia?
Desde una visión adultocéntrica tendemos a pensar que los problemas que tienen los niños y las niñas, salvo excepciones, no merecen dicho calificativo. Suponemos, que los auténticos problemas vitales, como puede ser el sentido de la vida, los duelos o la depresión, son situaciones exclusivas de la etapa adulta. No obstante, es importante destacar que, cuando hablamos de salud mental, no importa tanto la magnitud del problema como el efecto que esa dificultad tiene en nuestra psique.
Al factor anterior se suma un elemento propio de esta etapa: los cambios. La infancia y la adolescencia son épocas de profundas transformaciones vitales. El proceso de configuración en un ser humano independiente conlleva alteraciones comportamentales y cambios en la personalidad que pueden confundirse con otras problemáticas relacionadas con la salud mental.
Estar atentos a la realidad que viven los menores, especialmente aquellos de los que somos responsables, es imprescindible para cuidar algo tan necesario para su desarrollo como su salud mental. Las problemáticas que se instalan en la infancia tienen efectos en nuestra salud mental y neurológica durante el resto de nuestra vida.
¿Qué trastornos son más frecuentes en niñas o niños?
Como comentábamos anteriormente la psicología infantil es un campo muy amplio que abarca la atención a múltiples problemáticas. Entre ellas, las más frecuentes son las siguientes:
- Trastornos de ansiedad: los trastornos de ansiedad en esta etapa evolutiva incorporan todas las preocupaciones o miedos que impiden el desarrollo vital normal de la niña o niño. Es decir, aquellos factores que provocan que el niño no juegue, no ría, no llore, no se exprese de forma coherente con su etapa del desarrollo. Estos factores están intrínsecamente relacionados con su vida diaria: problemas en la escuela, en la familia, en espacios de interacción social etc.
- Estrés infantil: las exigencias actuales en la infancia está ampliando los casos de estrés infantil. Su aparición está vinculada a varios factores, como la necesidad que tiene el menor de ser reconocido, un cúmulo de cargas excesivas para su edad, o bien algunas características de su personalidad que puede desembocar en un cuadro de estrés.
- Estrés postraumático: un estrés específico que se deriva de un hecho traumático, como puede ser la pérdida brusca de un ser querido, una experiencia de violencia vivida o recibida, etc
- Déficit de atención o hiperactividad: son rasgos comportamentales relacionados con una dificultad de atención, o la realización de conductas impulsivas para su edad.
- Trastornos alimentarios: la hipersexualización de los referentes infantiles ha causado un aumento de los trastornos relacionados con la percepción del propio cuerpo.
A estas problemáticas se suman aquellos trastornos derivados por la falta de apego seguro, de atención y, de autoestima entre otros.
¿Qué hace y cuáles son las funciones de un psicólogo infantil?
El psicólogo o la psicóloga infantil tiene entre sus capacidades elementos que no requieren otras ramas de la psicología. Entre ellas debe tener conocimiento sobre la psicología evolutiva y la neuropsicología. Como decíamos previamente, la etapa infantil es una época de cambio constante, por lo que comprender dicho cambio es esencial para adecuar la terapia a cada paciente.
La terapia infantil, se inicia con un proceso de evaluación de la situación del menor; para comprender la problemática o problemáticas que pueda tener. Tras lo cual se hace un análisis de qué enfoque terapéutico pueda ayudar más al menor.
Además, el psicólogo infantil trabaja de manera estrecha con la familia, tratando de modificar hábitos o factores que han provocado la problemática sobre la que se interviene. Se trata de lograr el equilibrio en la relación y la conexión entre todos los miembros de la familia.
Psicología infantil humanista: ¿En qué se basa?
La psicología infantil humanista busca extender la visión de la psicología humanista a la terapia infantojuvenil. Analizando al menor y su entorno de convivencia y desarrollo como un todo global. De este modo, el foco de la terapia no es la problemática a tratar sino la persona que la sufre, el menor, y su entorno social y familiar.
Para ello, la psicóloga infantil humanista debe generar, tanto con la niña o niño como con la familia, una relación de confianza y seguridad. Estableciendo vínculos sólidos donde todas las partes puedan ser quienes son. Un apego seguro que refuerce el bienestar y sienta las bases para el equilibrio familiar y del menor.
Dentro de esa relación, el psicólogo es un facilitador de herramientas para la gestión de los conflictos en el espacio social en que el menor se desenvuelve. Para ello, trabajar a través del juego es fundamental por ser la forma que tienen los menores de expresarse y representar sus vivencias. Comunicarse a través de su propio lenguaje es el mejor mecanismo para lograr una conexión eficaz entre todos los actores que intervienen en la vida del niño.
En ConAlma Psicología tenemos un gran equipo de psicología infantojuvenil humanista. Si quieres saber cómo trabajamos o cómo podemos ayudar a tu hijo y a toda tu familia contáctanos.